Comiendo en una tintorería

Descubrí hace unos días leyendo un apunte de "La Vanguardia", la proliferación en Barcelona de nuevos restaurantes clandestinos, a imagen de los locales que se popularizaron en el Nueva York de los años 20 como respuesta a las prohibiciones de la ley seca.
Parece ser que en Europa ya hay cierta tradición de este tipo de estrategia marketiniana, y que ahora lo estamos empezando a disfrutar o sufrir, eso según se mire, en la Ciudad Condal.
El pasado 10 de Septiembre, probamos otro de ellos, el Restaurante "Don't Tell", situado tras una puerta corredera de la "Tintorería Dontell" en Aribau 55.
Todo hay que decir, que el precursor de este tipo de negocios en Barcelona es el, ya mítico, "SpeakEasy" de Javier de las Muelas, ubicado en el antiguo almacén de la cocktelería Dry Martini de Aribau 162, y que tuvo su momento de gloria mediática cuando fue el lugar elegido por el dúo Laporta-Rosell en su más famosa cena-reunión de reconciliación que luego no fue tal.

Sólo como opinión, el Speakeasy bastante mejor tanto en servicio, ambiente, comida; algo mejor que la tintorería.
Como también suele pasar, el Speakeasy mucho más caro.
En cualquier caso, ambos merecen una escapadita. Y por cierto, déjense el revolver en casa. Cachean a la entrada.